3 Juegos para fomentar la resiliencia en los niños de 4 a 8 años

Juegos para fomentar la resiliencia

Todos sabemos la importancia que tiene educar a los niños con una alta capacidad para esforzarse haciendo lo que les gusta, así como con empatía y la costumbre de entender sus propias emociones; sobre todo para crear futuros adultos vibrantes y que estén seguros de ellos mismos/as. Veamos 3 juegos para fomentar la resiliencia en los niños de 4 a 8 años.

Sin embargo, seguro que a veces como educador/a, familiar, padre o madre; te vendrán a la cabeza multitud de ideas que quizás no sabes concretar o materializar para fomentar la resiliencia y las emociones positivas.

Juegos para fomentar la resiliencia

La clave para comenzar bien a desarrollar y fomentar la resiliencia en los niños es hacerles entender para que vale cada emoción, por ejemplo:

La tristeza:

Es ese sentimiento que te hace sentirte peor, pero vale para darte cuenta de quien lo está pasando mal, de quién necesita ayuda o más amor o a quien hay que apoyar, dándole muchos «mimos»

Es importante que en el caso de que les estés enseñando qué es la tristeza, saber cómo tratarla. No dejes que ellos/as la escondan, simplemente deja que la manifiesten, eso no les hará más vulnerables sino que (al contrario) les hará mucho más resilientes emocionalmente, al entender que no todos los días pueden ser buenos ni todas las experiencias gratificantes.

La ilusión:

Hazles saber que esa sensación bonita comienza cuando quieres hacer algo. También explícales que es muy bueno tenerla porque es un sentimiento que ayuda a realizar cosas nuevas y que hace que las personas se sientan mejor.

A todas las edades es necesaria, así que hay que jugar con ilusión, pintar con ilusión y sobre todo vivir con ella para que cada día sea mucho mejor.

La pereza:

Los niños deben reconocer que tener pereza a veces no es malo. Y que incluso es necesaria para «recuperarse y cargar las pilas» Hazles reflexionar que no debe ser un hábito y que hay que superarse día a día, cumpliendo con las tareas que existen en cada jornada, aportando la mejor cara o versión de nosotros mismos.

El enfado:

Un enfado puede ser saludable siempre que se fomente el diálogo. Es una reacción natural. Enséñales en las pataletas, por ejemplo, a calmarse aportandoles protección, silencio y amor, en lugar de gritos y enfados.

Pagarles con la misma moneda les hará pensar que esas reacciones son normales y que cuanto más las exageren mejor serán.

La felicidad:

Ellos/as deben entender que es un sentimiento que te hace sentirte muy bien y que deben buscar en ellos/as mismos/as.

Cuando confirman en su interior que son ellos los que deben trabajar esa felicidad con las cosas que les gustan hacer y siendo cómo sienten que deben ser, todo se vuelve mucho más sencillo. Les habrás dejado una gran lección de vida.

La risa:

La risa es una parte muy importante de la vida y deben reírse de una manera libre de aquello que les haga plenos y que les aporte bienestar.

La risa saludable y cultivar la sonrisa amable es de vital importancia para que ellos vean la vida con optimismo.

Los celos:

Hay que normalizar los celos según que situación, para que de pequeños comiencen a perder el miedo al abandono.

Por ejemplo si los expresan cuando un padre o una madre no les está atendiendo, tendrán que aprender (explicándoles) que esperar y la paciencia es lo adecuado, ya que el hecho de que no los están atendiendo continuamente no significa que no los quieran.

Cuando hablamos de normalizar, no queremos decir justificar, sino dar paso a todo sentimiento, por muy negativo que sea. Ellos tienen que experimentar todo para que aprendan a canalizarse y a entenderse cuanto antes mejor para disfrutar de una excelente autoestima.

El amor:

Ellos han de conocer al amor en todo su esplendor, aquel que es capaz de tratar con cariño desde a una mano amiga hasta un animal, un trabajo, una dedicación y también a la familia. Hazles saber lo reconfortante y liberador que puede llegar a ser, siendo una medicina que todo lo cura.

Así, aprendiendo estas emociones básicas, será muchísimo más fácil que en el futuro puedan ser persona autosuficiente, libre, conociendo qué es lo que tienen que moderar pero también qué cualidades buenas pueden armonizar, siendo personas felices y que se aceptan como son.

¿Pero después de enseñarles a aceptar lo que son y sienten, qué juegos hacer?

Entre los juegos para fomentar la resiliencia  hay varios que podrán servirte:

Las caritas divertidas:

Uno de los juegos para fomentar la resiliencia son las caritas divertidas. Aquí tendrás que tener diferentes cartulinas con rostros o personas dibujadas con sus respectivas emociones. Cada niño/a tendrá que elegir una al azar y después describirla con la correspondiente emoción que aparezca.

Eso les ayudará a crear más empatía por el mundo que les rodea. Ayúdales con un buen diálogo conversando en torno a los conceptos, les ayudará a fijar aquello que quieras que aprendan.

Por ejemplo, si ven la imagen de alguien triste, coméntales que la persona debe reponerse para poder hacer las cosas que ama y sentirte bien. Que la tristeza va y viene y que no es malo llorar si se necesita, siempre apoyándose en personas que se quieren mucho.

YO soy:

Intenta siempre dedicarte a que ellos puedan describirse libremente y a que coloquen al lado de un dibujo suyo las cualidades que poseen, tanto en un sentido negativo como positivo. Haz que no tengan miedo a mostrarse tal cual son. Valdrá la pena, porque desarrollarás pequeños/as más seguros.

El cuento del emoticono:

Si a ellos les suele gustar mucho el tema de los emoticonos, siempre puedes guardar tiempo para uno de estos juegos para fomentar la resiliencia. Un juego educativo en el que cada uno de ellos irá creando una historieta mezclando 3 o 4 emoticonos diferentes y siempre mencionando emociones en el proceso.

Para que sea un momento mucho más rico, ve haciéndole preguntas: ¿Qué pasaría si el protagonista hiciera esto o lo otro? ¿Y qué sucedería si encontrara un problema? Ve adaptándolo al cuento que el pequeño o la pequeña te está contando y crearás una interacción estupenda entre todos.

¿Pondrás en práctica los juegos para fomentar la resiliencia en niños de 4 a 8 años? ¡Cuéntanos!