Resiliencia familiar

¿Sabes de qué trata la resiliencia familiar? Puede hacer referencia a bastantes contextos como pueden ser:
- La capacidad para apoyarse en el entorno de una forma grupal, afrontando todo tipo de problemas externos y etapas difíciles buscando el apoyo conjunto para aportarle fuerza y estabilidad al miembro que esté pasando por un momento de más debilidad. Todo visto desde el conjunto, comprendiendo un entorno en el que todos en general están pasando por cosas y todos se apoyan entre sí.
- La cualidad de poder ayudar a un miembro en particular del hogar, que sea el que esté pasando por un momento delicado en exclusiva (tanto por problemas de creación ajena a él o ella como por conflictos internos que a veces causan auténticos malestares) Algunas veces pueden colaborar todos, volcándose en determinados instantes más en él o ella, otras, solo lo hará una persona sola.
- La acción de defenderse (sin que haya ninguna problemática en particular y únicamente aportando herramientas como la paciencia, un refuerzo de la autoestima o la asertividad) juntos ante personas que son capaces de agredir o hacer sentir mal a una persona del grupo familiar.
Y ¿Qué se fomenta con la resiliencia familiar?
La resiliencia familiar puede colaborar con muchas cosas, entre ellas:
- La remodelación del carácter
- La aportación de una mejor autoestima
- Aumentar la confianza personal
- Construir una mejor relación con el entorno (y uno mismo/a) al desarrollar la acción desde el apoyo y el amor.
De hecho, cuando existe una buena base familiar es menos probable que los niños y las niñas en su edad ya adulta cómo jóvenes se sientan solos.
El desarrollo personal se ha construido en unos cimientos sanos, estables, los cuales les han aportado madurez y un manejo saludable de las emociones, al trabajar todo aquello que les haya podido sentar mal, sintiendo la confianza de hablarlo y compartirlo.
Según la resiliencia familiar, así, nosotros somos en cierta parte un trocito de todo aquello de lo que nos hemos nutrido a lo largo de nuestras vidas; tenemos una parte de personalidad que es inamovible y que solo nos pertenece a nosotros, pero otra que solo pertenece a cómo se ha desarrollado el entorno en el que hemos convivido.
Ni que decir tiene que aquellas casas en donde ha habido más implicación emocional, más atenciones y más tiempo en común compartido dan lugar a adultos emocionalmente más empáticos y generosos, más amorosos y entregados a lo que les gusta.
¿Puede una familia desestructurada poner en práctica la resiliencia familiar?
Sí, siempre que trabajen la situación con calma y perseverancia así como tenacidad. El perdón va a tener que ser uno de los sentimientos predominantes a la hora de lidiar con situaciones en las que no se han vivido momentos pacíficos y en los que han convivido los errores.
El hablar de aquello que se ha hecho mal, así como manifestar lo que se puede hacer para enmendar lo sucedido y generar herramientas que aporten, así como que generen confianza en los miembros que se han sentido dolidos/as, serán aportaciones que realmente podrán sanar al conjunto mediante las intervenciones positivas.
El diálogo positivo y claro, el que enriquece, y contempla diversas opciones así como el que valor, será el que valdrá más la pena utilizar tanto entre ambos miembros de la familia, como por parte del terapeuta o psicólogo/a (si es que necesitan acudir a un profesional)
También la capacidad para contemplar en cada persona del núcleo familiar un individuo capaz y magnífico, en donde existen unos sentimientos y opiniones propias que deben ser respetadas y escuchadas.
La resiliencia familiar, por lo tanto, se puede aprender y desarrollar con el tiempo. Seas una familia ya consolidada o aquella que necesita una revisión.
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