Resiliencia emocional

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La resiliencia emocional se centra no tanto en la acción para poder entender los sucesos que van apareciendo,  sino en comprender las emociones que pasan por nuestra mente, no dejándonos caer ante la frustración, la negatividad, la ira o el malestar.

Todo para que una vez procesadas y entendidas, te concentres en ganar autodisciplina y la autosuficiencia necesaria como para realizar todo lo que apetezca con grandes éxitos apostando por ti y queriéndote.

Resiliencia emocional

Además de todo esto, podríamos decir que la resiliencia emocional también tendrá que ver con la capacidad para autoconocerse, pudiendo saber hasta qué límites podemos llegar y cuáles no. Esto nos da la oportunidad de conocernos para así generar una relación mucho más verdadera con nuestro mundo interior y el exterior, viviendo con mayor serenidad y plenitud.

Comprender quién eres y desarrollar este tipo de resiliencia, te ayudará a lidiar con uno de los grandes problemas de la sociedad actual: el perfeccionismo. Esto originará una visión mucho más realista de lo que puedes aportar y generar, mejorando tu productividad, al relacionarte con tus tareas de una manera mucho más sana.

Al trabajar la humildad, la sensatez así como la fe conseguirás tener una experiencia de vida mucho más completa, en donde aprovecharás cualquier lección para crecer a todos los niveles, alcanzando madurez espiritual y mental.

Quiero fomentar la resiliencia psicológica y la resiliencia emocional en los niños pequeños ¿Cómo lo hago?

La resiliencia (cualquiera de ellas) se puede fomentar gracias a la creación de unas normas emocionales y sociales que a ellos/as les ayudará a desenvolverse mejor en el futuro. Algunas de ellas son:

  • Enseñarles que la rabieta no es una sensación que se deba producir o fomentar y que no van a obtener nada de eso.

Guiarlos a reaccionar a las emociones dándoles ejemplo de tranquilidad y sosiego, será lo que genere personas más sensibles al entorno comprendiendo (a su vez) la diversidad que hay en la vida.

  • Mostrarles desde la infancia lo esencial que es hablar de cómo se sienten y también identificar esas emociones en los demás, haciendo que sea más sencillo así ser empático/a.
  • Preguntarles qué harían ante situaciones fáciles de resolver así como en problemas.

Que sepan pensar así como reflexionar desde muy jóvenes favorecerá que tomen la costumbre de ser así en el futuro. Para que adquieran el hábito reflexiona con ellos, será lo que te llevará a fijarles esa costumbre en sus mentes, haciéndoles recordar lo práctico que puede llegar a ser la planificación y la reflexión.

En los primeros años de la infancia es cuando se fijará más la resiliencia psicológica y la resiliencia emocional. Y aunque nunca es tarde para hacerte cargo de ellas y volverte una persona resiliente ( ¿Eres persona resiliente? hacer test) si es excelente invertir en una educación sana desde el principio para ver cambios en las próximas generaciones.

¿Te pareció curioso? ¿Lo pondrás en práctica? ¡Cuéntanos tus dudas u opiniones!