Equipos resilientes: ¿Cómo se forman?

Hoy en día es muy necesario dejar espacio a los equipos resilientes. Estos son mucho más productivos, eficientes y generan un ambiente de trabajo mucho más armónico.
No es un secreto que la resiliencia es una habilidad esencial en la vida, y esto no es diferente en el ámbito empresarial. Cuando una persona es resiliente todo va mucho mejor y los empresarios valoran cada día más estos perfiles.
Los equipos resilientes son aquellos que pueden afrontar desafíos y adversidades de manera efectiva, manteniéndose unidos y avanzando hacia sus objetivos.
De hecho, en grandes empresas ya se está invirtiendo en personal especializado en inteligencia emocional para que todos los trabajadores puedan reaccionar fácilmente ante cualquier amenaza diaria, como un boceto inicial que salga mal, un borrador estropeado o la falta de aprobación del cliente para el producto.
Sin embargo, ¿cómo se forman estos equipos? ¿Qué características y prácticas son necesarias para crear un equipo verdaderamente resiliente? Hoy vamos a hablar de ello en detalle.
Formar equipos resilientes en la empresa es posible
Si eres un dirigente que quiere comenzar a liderar equipos resilientes de tener en cuenta que hay dos puntos muy importantes que deberás tener en cuenta para cumplir tus objetivos:
Conocer a cada integrante del grupo de manera personal
Esto es de vital importancia ya que solo entablando un par de conversaciones con ellos sabrás que debilidades tienen así como que cualidades potenciar. Los grandes líderes saben que las emociones cambian el curso de las cosas y que la motivación es muy necesaria para conseguir el éxito. Por eso, si quieres crear buenos equipos tendrás que compensar las debilidades de unos con los talentos del otro.
Por ejemplo, imagina que Pepe tiene un miedo horroroso a equivocarse pero unas ideas maravillosas y que Elena sabe llevar esas ideas a un máximo nivel bocetándolas y presentándolas. Aquí Pepe podría ser el desarrollador de la idea y Elena la persona que presentara todo en público, creando el binomio perfecto.
Crear ambientes de confianza en dónde no haya tensiones
Por supuesto, los pequeños tiempos de descanso ayudan y mucho. No hagas reuniones o empieces a trabajar en el desarrollo de un proyecto con las personas enfadadas, estresadas o irritadas ya que eso solo creará más frustración. En su defecto, pon un poco de música, crea una charla natural con todos ellos antes de comenzar… En definitiva, hazles salir de la rutina durante unos minutos para que vuelvan mucho más frescos al inicio del proyecto que tanto te importa.
Además de todo esto, los equipos resilientes han de saber aumentar la paciencia de todos sus miembros, ser más flexibles y no llevar las críticas hacia la interpretación negativa. El poder ver que una corrección puede ser el siguiente paso a la excelencia hace más productivo al proceso.
Hay cosas que siempre podrás hacer para lograr dinámicas de grupo más creativas y enriquecedoras, entre ellas:
Aportar un razonamiento enfocado a la mejora y no a la destrucción
En lugar de decir: «Eres un desastre, mira lo que me entregas aquí, esto no vale nada» contempla los errores y los beneficios del borrador entregado y comenta: «Mira esta parte, realmente es muy funcional. Esto me gusta porque has mostrado mucha creatividad. Sin embargo, la parte de la izquierda podría mejorar. Creo que si probamos otros enfoques el proyecto podría resultar más interesante. ¿No crees? ¿Te animas a darle una vuelta?» ¿A qué hay diferencia?
Realizar rondas comunicativas
Cuando se termine el trabajo, intenta crear un espacio en el que podáis hablar de todo lo que os apetezca y preocupe. Es un modo de crear lazos sociales basados en el respeto, la confianza y el apoyo social. Son cosas que no pueden faltar en un buen equipo.
Aportar momentos de calma enseñando a los integrantes del grupo técnicas de relajación y/o meditación
Suele funcionar cuando hay mucha saturación de trabajo y se nota que ellos no quieren seguir trabajando. Son pausas que pueden llegar a crear mucha vida y que se agradecen para obtener una sonrisa, incluso en el momento más tenso.
No dejar de aprender nunca
Incluso los más veteranos pueden aprender de las personas que han llegado y el que menos sabe conocer otros puntos de vista y sorprenderse. Nunca hay que estar cerrado al conocimiento y los equipos resilientes son los que más escuchan y se preguntan cosas acerca de todo.
Como ves, poniendo en práctica algún que otro cambio y mejorando vuestro entorno conseguiréis que vuestros equipos sean mucho más fascinantes e interesantes. ¡Es fácil y lo pasaréis mejor trabajando juntos! ¡Comparte!