Utilizar la resiliencia familiar para tratar conflictos  ¿funciona?

familia resiliente

¿Has oído hablar de la familia resiliente? Es más probable que las personas resilientes sean más capaces de solucionar con éxito cualquier tipo de conflicto familiar. ¿Pero cómo encararlos para que no se forjen traumas, rencores, imposibilidades de comunicación o reproches?

¿Qué es la familia resiliente?

La resiliencia familiar se refiere a la capacidad de una familia para adaptarse y recuperarse de situaciones adversas, como cambios repentinos, crisis, conflictos y traumas. Se trata de la capacidad de mantener la cohesión, la comunicación efectiva y la cooperación dentro de la familia en momentos de estrés y dificultades.

Una familia resiliente es capaz de adaptarse y recuperarse ante situaciones adversas y cambios inesperados. Está compuesta por miembros que mantienen una comunicación efectiva, se apoyan mutuamente y trabajan en equipo para superar las dificultades.

En los conflictos familiares hay que tener:

Mucha paciencia:

Es una virtud que no debe faltar en la familia resiliente para evitar «saltar» y encararse con el otro cuando se produzca el enfado. Las cosas que se dicen durante la fase de impulsividad nunca son las más acertadas y ganar paciencia (aunque exista alguna pequeña ofensa o injusticia) siempre será lo más acertado.

Estar en calma ante una persona enajenada o cabreada, siempre te dará la razón. Nunca has de rebajarte al otro, únicamente por darle el placer de discutir cuando no posee herramientas para hablar las cosas de una forma más humana.

Escucha, espera y da ejemplo, desde la igualdad de la tranquilidad para poder solucionar las cosas y no empeorarlas es de personas inteligentes.

Empatía:

Cuando alguien está sobrepasado/a, siempre hay que intentar actuar no desde la aprobación inmediata (pues podremos estar ayudando a que se produzcan situaciones que no son adecuadas, que pueden resultar abusivas o desarrollar personalidades caprichosas que desarrollen conductas no gratas para conseguir lo que desean a cada momento) sino desde la comprensión.

A veces, intentar preguntarse qué ha pasado así como puede sentirse esa persona puede alejar el sentimiento contraproducente del juicio y las conversaciones que suelen resultar dañinas por desarrollarse en momentos que no son buenos para profundizar en las cosas.

Capacidad de diálogo:

Una vez se ha establecido un poco de serenidad y no hay voluntad de pelear es un buen momento para fomentar la capacidad de diálogo.

El simple hecho de que una persona pueda contarte lo que siente y abrirse ya es algo muy valioso. Hacer crecer esta cercanía y confianza es la base de muchas relaciones tanto familiares, como de pareja y sociales.

Cualidad de escucha activa:

Una vez se ha manifestado la anterior capacidad, es importante (para mantener una interacción de calidad) que esta cualidad se haga presente para razonar que está pasando de una manera consciente, aportar soluciones y opiniones constructivas, así como para generar turnos igualitarios de participación.

Si eres capaz de concentrarte en lo que está pasando, podrás comprender mejor al otro, así que mejor que poner todo esto en práctica junto a las resiliencias para poder sanar todo tipo de conflictos.

Capacidad resolutiva:

Tras la escucha activa, todas las personas implicadas deben llegar a acuerdos, por lo que la resolución dará por terminado el problema. Junto a esta capacidad debe estar presente la acción, ya que será el sentimiento que podrá darle forma a las cosas sin que estas se queden estancadas verbalmente.

Resistencia:

El saber resistir sin pecar de orgullo también son buenos cimientos para saber cuando no caer en «tentaciones» que puedan provocar otros sentimientos menos nobles y favorecedores.

Unido a ella, la fortaleza así como el respeto también formarán un pack muy interesante a la hora de confrontar dificultades.

Así, la respuesta a la pregunta, es sí. La resiliencia puede ayudar y mucho a combatir cualquier tipo de evento no tan agradable que pueda presentarse en la vida de varias personas.

La resiliencia llamará por si sola a la comprensión y también a la espera saludable de que todo tome su curso natural después de buscar las herramientas adecuadas para encarar y transformar todo lo que haga falta.

De este modo, ten presente que crear familias resilientes es un proceso que comienza en la madurez y compromiso de cada persona, siendo necesaria hacer una transformación personal para que todo funcione luego en conjunto.

3 trucos efectivos para calmar discusiones en conflictos familiares

1.- Respira 5 veces profundamente

cuando vayas a decir algo que sea producto de la ira, el enfado o la impotencia. Algunos estados de ánimo, como te comenté antes no son productivos y pueden encender un fuego muy rápidamente.

Para controlar esos impulsos que casi nunca nos van a favorecer (sobre todo cuando son negativos) toma el tiempo de inhalar y exhalar aire de una forma profunda (3 a 5 repeticiones). Sabrás volver a aquello que sea más beneficioso para ti porque te calmarás instantáneamente.

2.- No hagas uso de la manipulación o del reproche.

Son métodos de charlar que pueden causar incomodidad y que en vez de crear un diálogo productivo lo perturban, generando un bucle insano en el que las personas implicadas podéis quedaros muy mal.

Si hay sentimientos guardados, habla de ellos, exprésalos libremente y deja que todo sea comprendido y aceptado por la otra persona y por ti. Te liberarás.

3.- No culpes a una persona de ser la mala de la película.

Generar odios entre personas y posicionamientos además de crear debilidad y sentimiento de incomprensión en el otro puede generar bloqueos importantes en el grupo familiar.

La sanación deberá suceder cuando todos sean capaces de hablar entre sí y perdonar al otro lo que ha hecho mal, haciéndose responsables también de lo que ellos han realizado de una manera negativa. Aceptar que todos son capaces de equivocarse y comprender que nadie es perfecto podrá ayudar a estabilizar al grupo y no a desequilibrarlo.

Si los pones en práctica junto a la resiliencia familiar, verás como comenzarás a utilizar mucho mejor tus emociones, generando entornos más felices.

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